jueves, 15 de diciembre de 2011

Jano Ananidze, del pupitre del colegio al césped del Luzhniki

La cara de niño y una constitución todavía ligera delatan a Jano Ananidze. Pero con 16 años (10 de octubre de 1992) ya ha debutado en el Spartak de Moscú de Valery Karpin y la Georgia de Héctor Cúper ante Italia el pasado 5 de septiembre. En Georgia ya no es una novedad hacer jugar a los niños prodigios. Cuando a la selección georgiana la dirigía Klaus Toppmoller, ya le dio la oportunidad de debutar ante Escocia a Levan Kenia, el zurdo del Schalke 04, con 16 años y once meses y Levan Mchedladze, entonces en el Empoli y ahora en el Palermo, que tenía 17. Anadidze está todavía por desarrollarse físicamente y futbolísticamente, pero nadie puede discutir su clase, la habilidad para manejar la pelota y el descaro que tiene para jugar el balón cada vez que le llega. Y si no le llega, se ofrece, lo busca y juega con criterio. Casi siempre sale perdiendo cuando choca con los rivales, todavía le falta trabajar el físico, pero evita el contacto moviéndose con rapidez y poniendo en práctica su pericia en el manejo de la pelota. Es diestro, dinámico, tiene capacidad para generar juego y destaca cuando su equipo tiene la posesión del balón. Regate corto y toque.

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